En 2013 existía una norma publicitaria que limitaba la publicidad a los bufetes de abogados. Esta prohibición fue el detonante para que Carlos Bertran (en aquel momento CEO de otra Agencia) pensara que esto era precisamente lo que necesitamos hacer para nuestro cliente.
En aquel momento poca gente conocía un despacho de abogados llamado Arriaga Asociados de Zaragoza.
Una sucesión de spots y publiespacios fueron el argumento de una magnífica campaña, que convirtió a Arriaga Asociados en una marca de primer orden.